Querido consultante, me gustaria decirte que…

Si has llegado hasta aquí buscando una cita conmigo, quiero contarte algo con total sinceridad: mi agenda está prácticamente llena. 

Trabajo sola, como siempre he hecho, porque para mí este camino es profundamente íntimo, energético y honesto. Cada consulta que realizo implica una entrega real. Y aunque agradezco inmensamente la confianza que tantos habéis depositado en mí, la verdad es que no puedo atender a todas las personas que lo necesitan. 

Durante años, recomendaba exclusivamente a mi compañera Luz. Pero es importante que evolucionen nuestras formas de cuidar y acompañar. Es por eso que hoy me gustaría abrir una puerta distinta, más amplia. 

He decidido dar visibilidad a tarotistas y videntes de mi confianza, personas que no solo tienen una formación sólida, sino un don especial y una vocación verdadera de ayuda. No doy nombres, no por misterio, sino por coherencia. No me caso con nadie, porque en este trabajo donde se mueven energías tan sutiles, la ambición, los egos o los intereses personales pueden desviar el propósito real: acompañar con humildad, respeto y verdad. 

La persona que te atenderá si no puedo hacerlo yo ha sido cuidadosamente seleccionada. Pero también tengo muy claro que, si en algún momento percibo que algo se tuerce, dejaré de recomendarla. Porque para mí, tu experiencia y tu bienestar están por encima de todo.

Sé que confiar en alguien no siempre es fácil. Pero estoy aquí para ayudarte a encontrar la guía que necesitas, incluso si no soy yo quien te la entrega directamente. Porque lo que importa no es el nombre, sino la energía, la verdad y la conexión que se genera en cada consulta. 

Gracias por seguir confiando en mí, en este camino que, más que una profesión, es una misión de vida.